Bien dicen que “veinte años no son nada” porque a mí me parece que fue ayer que Ediciones Alalimón sacó Aventuras del Compae Conejo– mi versión de los cuentos de un simpático personaje de la tradición oral de Puerto Rico. Utilicé en ellos voces de la lengua hablada en campos y pueblos de la isla para conservar su sabor tradicional. Los escribí para que los niños puertorriqueños siguieran disfrutando de ellos. Y todavía se leen…¡Me da tanta alegría saberlo…! Gran parte de su vigencia se debe a lo atractivo del diseño del libro, obra de Araceli Ortiz-Azancot.
Para controlar su costo de producción y poder competir con las grandes casas editoriales, Ortiz-Azancot se limitó a dos colores. Para las ilustraciones, utilizó dibujos caligráficos del siglo XVII, entre los que se encuentran varios del célebre Edward Cocker. Otras fueron hechas por ella.
Para su tipografía se decantó por Americana (1964) del diseñador Richard Isbell- diseñada con el propósito de conmemorar el ya cercano centenario de los Estados Unidos. Fue una elección ideal, pues combina maravillosamente bien con los dibujos caligráficos utilizados para ilustrar los cuentos. Linotype describe Americana así: “The generous forms of this typeface contain large inner spaces. Lines of text look airy and require generous line spacing. the high cross strokes and the open inner spaces make this font highly legible even in small and very small point sizes. The triangular serifs are a distinguishing characteristic of Americana. These first appeared in the 19th century in France and inspired by the developments in lithography, which allowed for freer forms.” Para su promoción utilizaron un hermoso “brochure” con tapas de cartón corrugado- un ejemplar del mismo forma parte de la colección de La Casa del Libro.
Por años el libro Aventuras del Compae Conejo diseñado por Araceli Ortiz-Azancot fue utilizado en sus clases como ejemplo de buen diseño por Vasilius Toulis, profesor en la prestigiosa Parsons School of Design of New York.
Texto de María Teresa Arrarás para Varia Tipográfica
¡A la verdad que el libro es hermoso! ¡Gracias, Araceli!